Paula Adrián y su Erasmus+ en Turín

Hace unas semanas tuve la oportunidad de vivir una experiencia totalmente enriquecedora: un intercambio a Turín (Italia).

Siempre había soñado con hacer un intercambio, ya que es una actividad en la que te sumerges por completo en la cultura de otro país, conociendo así nuevas personas y lugares. Por eso, cuando me enteré de que se iban a hacer intercambios de larga duración, me inscribí sin pensarlo.

Llegamos a la estación de autobuses de Turín el 19 de enero, acompañadas por dos profesores españoles. Allí nos recogieron las familias y conocí por primera vez a Marta, mi compañera de intercambio. Al llegar a su casa, les di los

El instituto que nos asignaron fue el Liceo Statale Domenico Berti. En nuestro primer día, un grupo de profesores y estudiantes nos enseñaron el edificio y su funcionamiento. Posteriormente, nos llevaron a una sala donde nos habían preparado una merienda sorpresa. Al terminar, entramos por primera vez en 3ºG, la que fue nuestra clase.

Las primeras semanas seguimos el horario que nos habían programado (italiano, francés, matemáticas, biblioteca, física…). Sin embargo, nuestros niveles en algunas asignaturas eran diferentes a los de nuestros compañeros, por lo que en clase estábamos un poco perdidas. Decidimos hablar con una de las profesoras encargadas del programa Erasmus y resolvieron el problema enseguida, añadiéndonos a algunas clases de asignaturas que pudiéramos seguir sin dificultad (2ºG, 2ºE, 3ºG y 3ºE). Nuestros compañeros fueron súper majos y acogedores con nosotras, lo que hizo que nuestra estancia allí fuera muy cómoda.

La familia también fue muy atenta y amable. Gracias a ellos, pude conocer muchos lugares, como Aosta, una ciudad en los Alpes que estaba cerca de su casa en la montaña, a la que fuimos dos fines de semana.

También visitamos el Museo Egipcio, el Museo del Cine, la Mole Antonelliana… Pero, sin duda, el viaje que más me gustó fue a Milán. Allí vimos la Catedral, tanto por fuera como por dentro, y subimos al tejado: las vistas eran increíbles. También visitamos la Galería Vittorio Emanuele II, varios museos e iglesias y el Castello Sforzesco.


Por las tardes, quedaba con mis compañeras españolas, con mis compañeros de 2ºG o con los amigos de Marta, que, aunque no hablaban español, siempre intentaban incluirme en las conversaciones para que me sintiera una más.


Al principio estaba un poco asustada por cómo sería la experiencia, pero sinceramente ha sido única. He aprendido muchísimo, he creado miles de recuerdos y he hecho nuevos amigos.


Ahora solo espero que Marta se lo pase muy bien en España y que este proyecto del Erasmus siga adelante para que muchos más estudiantes puedan vivir esta experiencia que, sin duda, les marcará para siempre.

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